Prometí volver de vacaciones, y no, volví por trabajo (tampoco hay que quejarse por ello en estos tiempos que corren, ¿verdad?).
Mucho cálculo, poco sol, mucha comida, muchas horas en la oficina y, también hay que decirlo, mucha cerveza. ..jo, me cuesta alcanzarlos...
He tenido poco tiempo para el ocio, así que este viaje no pisé el centro. Me quedé por Derio y alrededores. Me dio tiempo a visitar la playa de Bakio y la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, una joya sobre una roca. La foto no la he descargado aun (juro no tener tiempo) pero la pondré en otro post (si me acuerdo, ejem...).
Por supuesto no puedo pasar en alto lo excelente de la comida vasca; he vuelto enamorada de ella (y cuándo no es fiesta pensaréis). A ver si nos aficionamos ahora. Ya de primeras he probado a hacer un par de pintxos que me explicaron y...la verdad...no han salido nada mal. Ahora esperando a mis comensales preferidos (los hermanos Muñoz) para hacerlos de nuevo..
PD: Segunda promesa de volver de vacaciones y segundo ofrecimiento de casa en Laredo.
