Wednesday, August 05, 2009

Vuelvo de Málaga con muy buen sabor de boca, tanto en lo laboral como en lo personal. Bueno, lo del sabor de boca literalmente no es exacto, ya que son las 17.07 (voy de camino) y aun no he digerido el desayuno; yo, que soy muy valiente, he querido solidarizarme con mi compañero malagueño y desayunar algo típico: un pitufo de lomo con manteca...y no es que esté un poquito untado en manteca como yo creía, no, es que lleva casi la misma cantidad de lomo que de manteca. Aysss.....mi estómago no puede con ello....aun así, he aguantado estoicamente las dos inspecciones de la mañana; dos horitas por gasolinera...na!...agosto, Málaga, solecito....

Lo de anoche fue diferente. Probé el espeto de sardinas en la playa del Pedregalejo, donde nos alojamos, y estaban de muerte. Pequeñas, yo diría que muy pequeñas, pero buenísimas.

Después de llevar anotados más de 20 hoteles del centro de la ciudad, fuimos a la aventura a la zona de la playa y dimos con un hotel de 2 estrellas de lo más ''cuco'' por dentro y para nuestro disfrute disponía de jacuzzi. Esta vez cambié la playa por las burbujitas..

Y ahora de vuelta, con mi pitufo de lomo aun sin digerir.













PD: así da gusto la formación.