Y otro año más de peregrinación, y de vuelta a Villarrobledo, ese pedazo de pueblo que acoge a más de 70.000 personas sin renegar, o, al menos, aun no he leído ningún comentario como los hechos el año pasado, vaya tela.

Un día más de conciertos, es decir, 24 horas más que sumar a las 48 de todos los años. Es por eso que, el sábado a las 00:00 mi alma, bueno no, mi alma si podía, pero mi cuerpo decía que na nai, que a la tienda a dormir, y si no a dormir, al menos a escuchar a Los Delinqüentes y a Peret desde la distancia. Jo, anda que no me jodió ni na perderme a Peret, pero nada; habrá que ir pensando en cambiar la tienda de campaña por una autocaravana de alquiler (ya las estoy viendo para el Aupa Lumbreiras, jeje).

La verdad es que, musicalmente hablando, este año ha sido de los más ricos (el del pasado año dio la casualidad que fue el más pobre). Vimos a gente como Sínkope, Skizoo, Karamelo Santo, unos argentinos que dan mucha marcha, La Gripe, Brujería y Habeas Corpus (que, hay que decir que no son santo de mi devoción), Marea, Albert Pla, El Último ke Zierre, todo un clásico en festivales, Huecco, concierto que disfruté sola y en segunda fila, pero lo disfruté, eh!, eso sí, sacrificando, como es normal en el Viña, a grupos como Koma (pero los veré en Tobarra, y ganas tengo). A quién vimos más?..mmm..ah, sí, Kiko Veneno, La Fuga, Soziedad Alkoholika, bueno, a estos verlos es decir mucho, los vi muuuuuy pequeñitos desde muuuuy lejos, y bueno, algún que otro conciertillo más que ahora no recuerdo y alguno del que ni siquiera sé el nombre (sorry).

Lo dicho, nos vemos el año que viene.

Sínkope

EUKZ

Huecco

La Gripe

SA

PD: otro concierto sin ver a Javi